Distraídos cubrían con sus pasos el paisaje reflejado, hendían sus huellas en el espejo que no podía atravesarse pero que titilaba indolente y marchito.
La arquitectura ilusoria siempre crea espacios falaces que alojan nuestros sueños quiméricos de fotógrafos malditos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario